Este libro lo define
muy bien el profesor Antonio Baylos,
cuando en el prólogo dice: “ineludible
para pensar sobre el sentido de la acción colectiva organizada en las
relaciones laborales”.
A aquellas personas que
venimos siguiendo el pensamiento de José
Luis López Bulla en su blog no nos han sorprendido, en buena parte, las
reflexiones que expresa en el libro que comparte con Javier Tébar, y que consta de dos partes bien diferenciadas, aunque
no deja de ser menos interesante el propio prólogo de Antonio Baylos.
Una primera parte la
conforma el trabajo de reflexión que hace López Bulla en referencia a
diferentes temas que tienen más que ver con la necesidad del sindicalismo
confederal de repensar su estructura y su acción sindical, teniendo en cuenta
las dificultades de atraer a los trabajadores que no se encuentran prestando
sus servicios en las grandes empresas o en las administraciones públicas. Dificultades motivadas, entre otras razones, no solo por esta última crisis económica, sino
también porque se está produciendo un cambio de paradigma en cuanto al modelo
productivo, al estar el modelo “fordista” en vías de desaparición tal y como lo
hemos entendido hasta la fecha, junto con los avances tecnológicos y el
fenómeno de la globalización.
Todo ello está
comportando una serie de cambios en cuanto a cómo entender las relaciones
laborales y el modelo de empresa, que hace cada vez más difusos conceptos que
hasta la fecha parecían inamovibles, en cuanto al centro de trabajo y las
formas de prestar el mismo. Dándonos una visión muy crítica en cuanto al papel
del sindicalismo confederal y la necesidad de adaptarse a las nuevas
realidades, para seguir siendo, no solamente necesarios, que no lo pone en
duda, sino útiles en la consecución del papel que en los estados desarrollados
se nos ha atribuido, en la consecución del pacto social que equilibre la toma
de decisiones en el ámbito de las relaciones laborales y, de otra parte, que
preserve y avance en la conquista de los derechos sociales.
Varios son los
“trancos” que nos lanza López Bulla,
en su peculiar lenguaje, y sitúa a la negociación colectiva como uno o quizás
el principal elemento del reconocimiento del sindicato en el centro de trabajo,
pero también nos apunta a la necesidad de cambios en el modelo de
representación actual, de los delegados y comités de empresa. Como dice en
diferentes momentos, el modelo fordista
de organización del trabajo está cambiando a tal velocidad que se hace
necesario adaptarlo a las nuevas formas de organización empresarial y del
trabajo, teniendo en cuenta los cambios tecnológicos y la globalización. En esa
idea, sitúa también avanzar, dar un paso más allá, en lo que hasta ahora hemos
denominado la unidad sindical del sindicalismo confederal, incluyendo además de
CCOO y UGT a la USO. Es precisamente en ese escenario que López Bulla, plantea
la necesidad de repensar el sindicato, lo que según sus palabras seria:
“Repensar las paredes maestras del sindicalismo confederal”, que nos
permita recuperar poder contractual. Y dicha reflexión la hace sin ahorrar
críticas, al considerar que algo habremos hecho mal, que no todo es culpa del
PP o la derecha con su reforma laboral, para que se haya producido un cierto
distanciamiento con determinados colectivos de trabajadores.
La segunda parte del
libro, escrita por Javier Tébar repasa
de dónde viene el sindicalismo y hacia dónde va, pues es del todo necesario
hacer esa reflexión para resituar el sindicalismo y el mundo del trabajo en
clave de futuro. Esta parte tiene un carácter más propio de profesor de
historia, no solamente por las abundantes citas de pensadores del ámbito de la
izquierda europea o internacional, sino también de sindicalistas de a pie, con
su proclama de “Volver al trabajo, volver
al sindicato”, y no porque nos esté indicando que el actual sindicalismo
confederal haya estado de vacaciones, sino para resituar “el trabajo y
sindicato” en un mundo capitalista y globalizado que ayude a orientar el
necesario cambio de rumbo.
Tébar, se apoya
precisamente en algunas de las consideraciones que nos hace López Bulla en la
primera parte del libro, para hacer reflexionar sobre diferentes conceptos en
torno al mundo del trabajo como, entre otras
cuestiones, la necesaria sindicalización del mundo social. Es decir, es
imprescindible trabajar con los movimientos sociales para trasladar las
demandas laborales y del estado del bienestar más allá de los centros de
trabajo, que nos ayude a recomponer ese “pacto social” que nos permita seguir
con las mayores cotas de bienes democráticos,
cuando todo apunta que estamos ante una tercera revolución industrial.
Para poder ofrecer alternativas al modelo neoliberal, cuando la capacidad
sindical a nivel internacional se ha visto mermada, cuando estamos ante un
cambio de ciclo, se hace más necesario que nunca repensar el sindicalismo para
que sea capaz de atraer a toda esta diversidad y fragmentación del mundo del
trabajo en pro del “trabajo digno y su humanización” y disputar al empleador su
creciente capacidad de decisión unilateral.
Como nos decía Baylos,
No Tengáis Miedo de lo Nuevo es una lectura
más que interesante y por supuesto recomendable. En todo caso, mi percepción,
ahora también como observador, es que el sindicato está haciendo esfuerzos en
el camino que nos apuntan los autores, a pesar de la crisis y la dureza con la
que ha golpeado al sindicalismo confederal, pues si miro y recuerdo tiempo
atrás (esos en los que la bonanza económica permitía mejoras y avances sociales
en nuestro país, no tanto en otros en los que se han deslocalizado cientos de
empresas de aquí), en comparación, procesos
participativos como la Asamblea Sindical Oberta, a mi entender, han supuesto un paso
no solamente cuantitativo sino que también cualitativo en el debate y la
reflexión del sindicalismo confederal.
Salud, buen trabajo y buena lectura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario